Hace un par de horitas que he llegado a Madrid después de pasar 15 días en Asturias. Han sido dos semanas en las que he desconectado de todo, de la rutina y he disfrutado de un paisaje frondoso y verde que creo que nunca me cansaré de ver.
He estado en Avilés en la firma de George R. R. Martin (en estos días subiré la crónica), he paseado por Oviedo y por Gijón entre otros muchos sitios. Y, por suerte, ha hecho bastante buen tiempo, así que he disfrutado de la playa un montón y me he dado unos cuantos baños, eso sí, creo que nunca me acostumbraré a lo fría que está el agua.
Así que nada, he vuelto con las pilas recargadas (sudando por el calor que hace en Madrid) y con unas ganas tremendas de ponerme al día en cuanto a blog (iré respondiendo a los comentarios y me pasaré por los blog que sigo para ver qué me he perdido estos días).
Lo dicho. Ya estoy aquí dispuesta a dar guerra de nuevo.
He estado en Avilés en la firma de George R. R. Martin (en estos días subiré la crónica), he paseado por Oviedo y por Gijón entre otros muchos sitios. Y, por suerte, ha hecho bastante buen tiempo, así que he disfrutado de la playa un montón y me he dado unos cuantos baños, eso sí, creo que nunca me acostumbraré a lo fría que está el agua.
Así que nada, he vuelto con las pilas recargadas (sudando por el calor que hace en Madrid) y con unas ganas tremendas de ponerme al día en cuanto a blog (iré respondiendo a los comentarios y me pasaré por los blog que sigo para ver qué me he perdido estos días).
Lo dicho. Ya estoy aquí dispuesta a dar guerra de nuevo.