El mes de noviembre me apunté al NaNoWrimo, un reto mundial que consiste en escribir una novela de 50.000 palabras entre el 1 y el 30 de noviembre. La novela puede ser más extensa, pero el reto en sí es llegar a las 50.000. En mi caso, esa cantidad es muy escasa para lo que tengo pensado, así que el NaNo me ha servido para darle el empujón necesario.

Durante noviembre fui subiendo todas las semanas mis avances (1º semana, 2º semana, 3º semana y 4º semana) en el que podéis ver que mantuve una constancia y escribí diariamente por poco que fuera. También podréis ver que los últimos tres días me puse las pilas y acabé el reto el 27 de noviembre.



Increíble, pero cierto. Medio mes después aún sigo sin creérmelo. Y es que para mi el NaNo no ha sido un simple reto. Ha sido una forma de superarme a mi misma, de demostrarme, en cierta manera, de que soy capaz de escribir diariamente si me lo propongo. Hasta la fecha yo escribía según el día. Si tenía inspiración, podía escribir cualquier cosa. Si no, todo lo que tecleaba o garabateaba en un cuaderno no servía. Escribía cuando mis musas querían. En noviembre fui yo la que me impuse sobre mis musas y, aunque había días en los que me resultaba algo más complicado, logré algo que no había hecho hasta la fecha. Escribir todos y cada uno de los días, pasara lo que pasara.

Si bien es cierto, ya tenía bastante machacada la mitad de la novela (con escenas pensadas casi al detalle), lo que me ha ayudado enormemente a escribir diariamente ya que sabía lo que quería y cómo lo quería. Aunque hubo muchas cosas que surgieron de imprevisto, como un personaje secundario que no iba a tener la menor importancia y que al final se ha hecho un hueco en la historia o escenas que hasta la fecha no había ideado, pero que surgieron en el momento.

Una de las particularidades de este reto es que tienes que dejar de lado una parte de ti, esa que quiere leer y releer lo que has escrito para corregir. Durante el NaNo no puedes hacer eso. Tienes que escribir, simplemente eso. No hay tiempo para escribir y reescribir y llegar a las 50.000. A mí me gusta bastante dar un repaso, al día siguiente, para ver cómo ha quedado todo y modificarlo o no. Hubo algún momento en el que me descubrí revisando cosas, pero inmediatamente volví a lo mío. Eso quiere decir que ahora me quedan 50.000 palabras por revisar (cosa que aún no he hecho porque no he tenido tiempo). Pero, por esa parte también estoy contenta porque no corregí absolutamente nada.

La novela que he estado escribiendo es una historia fantástica medieval dirigida a un público adulto. Constará de 5 partes y tendrá un total de 3 narradores: 2 en primera persona (uno masculino y uno femenino) y 1 en tercera persona. ¿Por qué tantos narradores y por qué ese cambio de perspectiva? Pues porque la fuerza de la novela radica en los personajes y sus sentimientos, de ahí que vaya a estar en primera persona, pero necesitaba contar ciertas cosas que no podían conocer los protagonistas, por lo que he determinado hacerlo a través de escritos. Fue mi amiga Alicia la que me dio la idea y creo que si lo empasto todo bien, quedará genial.

Al tratarse de una novela adulta ambientada en la edad media en la que los reinos entran en conflicto, me he recreado un bastante con las muertes. Ya fui haciendo algunos comentarios por Twitter en el que algunos de vosotros dijisteis que era cruel jajaja, pero la historia me lo pedía. Eso sí, tengo que reconocer que se me ha ido un poco de las manos ya que las muertes que describo hablan de miembros cercenados, cuerpos aplastados, intestinos desparramados, cuellos rebanados... y así una larga lista.

Prometo que no soy George R. R. Martin en chica (en mi primera novela casi no maté a ningún personaje y hubo un par que me dolieron especialmente). Pero la cifra de caídos se fue elevando conforme iba escribiendo. En Twitter prometí que desvelaría el número de muertes que causé durante en NaNoWriMo, ahí van: 39. ¿Os parecen demasiadas? He de decir que algunas de ellas son de personajes sin nombre ni cara. Hay otras tantas muertes que no han quedado contabilizadas porque en las batallas muere mucha gente y no iba a poner todas obviamente, así que las 39 son las que están específicamente contadas. Aunque tengo que decir que ese numero aumentará cuando siga con la novela ya que aún no he escrito la parte oscura de la historia ni la batalla final (que me quedé en el principio).


Muertes aparte, una de las cosas que más me ha ayudado durante el reto ha sido la música. Para mí es algo fundamental en el proceso creativo. Yo no podría escribir sin ella, por lo que estuve usando Spotify durante todo el mes. Al principio tenía listas de reproducción de música épica, pero al final decidí crearme mi propia lista para la novela que va creciendo según voy descubriendo canciones nuevas que me vienen muy bien para la historia.

Lo que más tiempo me llevó fue preparar toda la información para la novela. Al tratarse de una historia medieval necesitaba mucha información. Cuanto más pensaba, más dudas me surgían. Así que días antes estuve recopilando e imprimiendo documentación sobre el tipo de ropa, las telas, la comida, las costumbres, las medidas de tiempo, la concepción de la vida, las armas, etc. Pero según escribía, iba consultando otras muchas cosas que no había buscado como hierbas medicinales, venenos o hacía uso de los conversores para pasar de metros a millas, palmos o varas (¡¡benditos conversores!!). Así que, como veis, uno de los puntos fuertes de la novela será la documentación.

A la hora de escribir decidí hacerlo por escenas. No sé cómo lo hacéis vosotros, si de forma lineal o según se os va ocurriendo. A mí no me gusta hacerlo lineal porque es más tedioso y puedo caer en la tendencia de pasar algunas cosas de forma apresurada (como si tuviera prisa) para llegar a otras escenas que me interesan más. Por eso siempre escribo por escenas. Reconozco que en el NaNo fue muy caótico porque lo tenía todo con fechas y lo intentaba ordenar de forma cronológica. A eso sumadle los tres puntos de vista. Creí que me volvía loca jajaja.

Lo mejor de todo es que según iban avanzado los días, me sentía más cómoda escribiendo y todo salía mucho más fluido. Además, el NaNo me ha hecho crecer como escritora y me ha hecho darme cuenta de que puedo escribir cuando quiera, donde quiera y cómo quiera. Por lo que tengo pensado hacer un NaNoWriMo personal en enero para seguir con la novela. Me pongo la fecha de enero para que en lo que queda de mes organice y piense todas las lagunas que tengo. Y si no lo consigo, pues retrasaré un mes el reto. Pero creo que me va a venir muy bien volver a ponerme con ello de esa forma.

Y lo que espero de todo corazón es poder publicar esta novela en un futuro y que todos vosotros disfrutéis de la historia tanto como la estoy disfrutando yo.

Desde aquí quiero dar la enhorabuena a todos lo que se apuntaron y consiguieron escribir las 50.000 palabras. Y quiero felicitar, también, a los que no alcanzaron la meta porque, aunque no se proclamaron ganadores, ya son ganadores por el mero hecho de participar e intentarlo. Estoy segura de que lo que escribieron ya fue más de lo que han hecho últimamente, así que ¡¡felicidades a todos!! Y, al resto, os animo a participar el año que viene.